La trágica muerte del coronel Juan Javier Soliz Cáceres, comandante del Regimiento Manchego – Satinadores de la Selva, ha generado un profundo impacto en las Fuerzas Armadas bolivianas. El presidente Luis Arce expresó su pesar y ordenó una investigación exhaustiva para esclarecer las circunstancias del hecho.
“Este crimen no puede quedar impune”, escribió el mandatario en sus redes sociales, enviando sus condolencias a la familia del oficial y al cuerpo castrense.
El oficial murió por un disparo de arma de fuego en circunstancias aún no esclarecidas. Algunas versiones indican que fue atacado al llegar a su domicilio, mientras que otras sugieren que el hecho ocurrió dentro del recinto militar donde ejercía funciones.
La Policía Boliviana, a través de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) y del Instituto de Investigaciones Técnico Científicas de la Universidad Policial (IITCUP), intervino inmediatamente en el levantamiento del cuerpo y en la recolección de evidencias. Hasta el momento, no se ha confirmado la aprehensión de ningún sospechoso, aunque las investigaciones siguen en curso.
El Regimiento Satinadores de la Selva, al que comandaba el coronel Soliz, es una unidad militar de élite especializada en operaciones en entornos de alta complejidad geográfica, como la región del Chapare, identificada por su relación con actividades vinculadas al narcotráfico.
Esta región ha sido catalogada como una zona roja debido a la presencia de laboratorios clandestinos y pistas de aterrizaje ilegales utilizadas por redes criminales. Las unidades como la que lideraba el coronel Soliz han sido clave en operativos de interdicción y control territorial.
El fallecimiento de un comandante de alto rango en circunstancias violentas reaviva la preocupación sobre la seguridad en zonas sensibles del país y la influencia del narcotráfico en las operaciones militares. La sociedad y las instituciones esperan respuestas claras y justicia ante un hecho que golpea el corazón de las fuerzas de seguridad bolivianas.