
Con un solemne juramento de silencio y discreción, 133 cardenales electores iniciaron este miércoles el cónclave en la Capilla Sixtina, donde se definirá al nuevo líder de la Iglesia Católica, el sucesor del Papa número 266.
Los llamados “príncipes de la Iglesia” realizaron primero una oración en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico antes de dirigirse a la majestuosa sala decorada por los frescos de Miguel Ángel. Allí juraron mantener el secreto del proceso, primero en conjunto y luego uno por uno, colocando la mano sobre los Evangelios.
En este cónclave no hay un claro favorito. La jornada inició con una misa oficiada por el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, quien pidió mantener la unidad de la Iglesia ante un momento “difícil, complejo y convulso”.
Aunque se prevé una primera votación por la tarde, no se espera fumata blanca aún, ya que lo más probable es que se requieran varias rondas de deliberación. La elección exige al menos 89 votos para proclamar al nuevo pontífice.
Mientras tanto, fieles y turistas mantienen la mirada fija en la pequeña chimenea de la Capilla Sixtina, a la espera del humo blanco que anunciará el esperado “Habemus Papam”.