
El período de lluvias entre noviembre de 2024 y abril de 2025 ha sido uno de los más devastadores de los últimos años. Según datos del Viceministerio de Defensa Civil, el saldo trágico es de 58 personas fallecidas, 10 desaparecidos y 869.715 familias damnificadas en todo el país.
“Este año ha sido mucho más duro que el pasado”, afirmó el viceministro Juan Carlos Calvimontes, quien detalló que la intensidad del fenómeno superó ampliamente a la de gestiones anteriores. La emergencia climática provocó la destrucción total de 2.416 viviendas y daños parciales en otras 7.094. Infraestructura vital como caminos, puentes, redes eléctricas y sistemas de riego también fue severamente afectada, especialmente en las zonas rurales.
A la fecha, 211 municipios se han declarado en desastre y 26 en emergencia. Cinco departamentos —Beni, Chuquisaca, Oruro, Pando y Tarija— oficializaron declaratorias de desastre, mientras que La Paz, Potosí y Santa Cruz se encuentran bajo emergencia departamental. Cochabamba, por el momento, no ha emitido ninguna alerta.
El sector agrícola tampoco fue ajeno a los embates del clima. Cultivos de maíz, papa, hortalizas y frutas quedaron bajo el agua o fueron arrasados por la intensidad de las precipitaciones. Productores temen que las pérdidas se traduzcan en una subida de precios en los próximos meses.
En algunas regiones, el aislamiento por tierra obligó a que la ayuda humanitaria se entregue por vía aérea. Aunque brigadas de emergencia fueron activadas, las autoridades reconocen que la magnitud del desastre superó la capacidad de respuesta local.